jueves, 28 de febrero de 2008

A BeRnArDo

Oda a Una Ilusión.

Como una ofrenda a aquel que me acerca a lo eterno, al que amante se me escapa.

“veo mi final cercano, tengo a la muerte a mi siniestra y ella susurra décimas a la locura”


Es aquí que te digo lo que mi alma me grita cuando lejos o cerca te encuentras de mi, cuando en física presencia te poseo o en diáfana idea te alejo de mi, es ahora que un mar de emociones arremete contra mi empequeñecida razón y es justamente ahora cuando, a modo de misiva me expío de cualquier pretensión.

Es por mí y en mí, que lo siguiente te doy…


I
Ya te he abierto mi alma, ya mi corazón te entregué, nada más puedo darte o ¿acaso quieres más? Nada tengo más que ofrecerte, ¡sino sea lo dado ahora magnificado! Mi cariño ya tienes, no hay reto ni emoción, ni juego ni galardón; no hay batallas que luchar ya rendido estoy… ¿acaso te tengo yo?

II
Horas atrás, incontables, irrecordables, hablaste con voz, con letra fuerte y asesina:

“amigos” dijiste y con esa piedad iniciaste mi calvario… terquedad humana contra la cual no habría que luchar… ciegamente, tontamente creabas vida, cada beso, cada caricia, cada palabra ¿y decías estéril? Falacia pues en un tornado de emociones me encontraba sintiendo vida de mil soles, bellas sensaciones, lindas emociones que me acercaban a lo eterno, ¿y decías estéril? Si me sentía vivo, me siento acaso, ¡¡vivo!! como es menester vivir, dentro de mí nacen universos y se consumen galaxias, la vida sencilla y fácil se movía en mi alma… y ¿estéril decías? Si al encontrarte enfrente de mí con una sola palabra en mi mente las ideas surgían como de un manantial… si con el solo pensarte el rostro cambiabame de color… ¿estéril? Tú…

La esterilidad guarda un gran problema, y es que supone la nada… y la nada en las relaciones humanas es casi imposible, pues es que el odio es producto del amor y la muerte consecuencia de la vida, y en tales dualidades o ya sean causalidades no hay un dejo de esterilidad… lo estéril es nada, ni amor ni odio y esbozo en este momento una sonrisa y te digo que, ya sea a tu pesar o en tu gracia, el amor y el odio se guarda en nuestra relación… ¿odio o amor guardamos?

III
Amigos no, de ti prefiero ser nada a que tu seas de mi un todo… reniego de la fría fraternidad, reniego y alejo de mi cualquier posibilidad de ser ahora tu amigo… no puedo, no ahora que es cuando te quiero… abigarrado estoy de ideas y sentimientos, de mi boca mil promesas y una mentira son escupidas por ti…

“te odio como sólo se puede odiar a aquel que quieres,
te quiero como sólo se puede querer a aquel que quieres odiar…”


La amistad contigo se me presenta horrorosa, despiadada y obscena, ahora no quiero eso, ¿lo quieres tú?

IV
Es cierto que siendo como soy, un pensador que basa su pensar en los clásicos griegos no puedo menos que desechar cualquier pensamiento en contra de la “amistad”, no niego de ella su magnanimidad, pero acepto la mortalidad de la misma, me caso pues, con la eternidad del amor… muchos y ningún camino tenemos, todas y ninguna posibilidad poseemos, podemos ser todo juntos o ser nada separados… la esterilidad…. Y sólo con distancia, sólo así podría creer en tu aseveración pues es sólo con ella que lo estéril es posible, es decir, en nada. Y tú y yo ¿acaso somos nada?

V
Siento miles de serpientes devorando mi alma cuando siento tu lejanía, tu irte… alfileres en el pecho sufro cuando el silencio sepulcral se presenta…. Siento espasmos de muerte cuando de alguien más hablas, como si al nombrarlos de mi te olvidarás un poco, ¿celos? Infante no soy para sentir eso, es ¡miedo!... de ellos nunca, ni de lo que con ellos hagas o de ellos pienses, sino de que a mi ya no me quieras, ni me hagas ni me pienses… te vas con ellos… y te vas de nuevo, y te quedas, y regresas… al quedarte me condenas, al irte me asesinas…

VI
Muchos son los “amores”, muchos aquellos que buscan indulgencias para la soledad en tu persona, varios los que te roban una idea y algunos los que te hurtan una emoción… nada de eso quiero, demasiado vulgar, el robar nunca ha sido mi oficio… mas te doy vida, creación, eternidad no sucias indulgencias para mitigar la soledad. ¿Algo nuevo te doy?

VII
El vacío en mi pecho crece, aumenta, se expande… un golpe siento, ¡¡me anticipo a tu lectura!! Y vislumbro una oración; cierto es que nada prometiste, cierto que poco ofreciste… ¡Ah! Tonto corazón el mío que con poca cosa se emociona, nada de lo por ti dicho lo detuvo en su camino a su perdición… enamorado estoy, triste situación la mía, rica en oportunidades la tuya… mi mente da vueltas, un torbellino de emociones, un tornado de sinsabores y un huracán de ilusiones que me mi torpe mano ahora no puede describir…me adelanto a tu lectura, ¿ríes acaso de este romántico que te ofrece lo no pedido?

VIII
Dios guarde lo que siento, y que el diablo guíe mi boca; pido clemencia a tu persona, asesíname si amarme no puedes, olvídame si tenerme no quieres… no castigues al amante con migajas de cariño, no condenes al ya condenado a acrecentar su pena… ¡¡mátalo!! Rompe cualquier ilusión, destruye cualquier imaginación, no seas cruel con el que te quiere ¿acaso su pena entenderás?

IX
Grande te tengo, soberbio te veo, no hay en mi ego que “tocar” o juego que jugar ya tuyo soy; mi alma graciosa escapa a teorías y paradigmas de relaciones de poder; ya que nada tiene que perder, no hay poder donde no hay guerra, expío de nosotros toda guerra... emoción le resto al reto, aparto de nosotros frivolidad y alejo a la grotesca vulgaridad de lo que tenemos, ¿algo tenemos?

X
Altivo ahora estarás, quizá siempre lo hayas sido; hombre muy humano te reconozco y por ello es que al alejar y extraviarme de cualquier reto, el extraviado sea yo al menguar tu interés… pero no quiero insultar a tu razón, que confiado en su existencia vivo, ya que ciego no eres, así no te conozco… sabrás a bien entender que el reto eterno, el importante, el único, el imprescindible, no se limita ni se encierra en relaciones de poder, trasciende todo eso, trasciende nuestra triste humanidad, nuestra pequeña mortalidad… al alejarse uno de lo frívolo y superficial es cuando nos alejamos de esa triste mortalidad… de nuestra pequeñez… de nuestras limitantes… somos dioses… ¿o quizá demasiado mortal seas?

XI
Sabes que te quiero y sabes cómo te quiero y sobre qué te quiero… no permitas, ni a ti ni a mí, que una ilusión crezca, no me eleves para luego dejarme caer al precipicio… venturosa muerte que ahora no deseo, pero de la cual ya soy sujeto… ¿dejarás caer a este que te quiere?

XII
Soy sólo un muchacho, un mortal, un aprendiz de sabio que ahora, a modo de misiva, te está pidiendo que lo quieras, que estés… te está pidiendo a ti… y qué si lo pedido no puede ser permitido, que con el cariño que puedas tenerle lo dejes ir, no ensucies su amor con una piedad convertida en amistad, convierte tú en un recuerdo y a él en una ilusión… ¿ilusión eres?

XIII
He luchado desde el principio por no quererte, por impedir que entraras en mi, por evitar pensarte y sentirte, por conjurar lo que ahora eres en mi… he fallado como bien sabrás, ni conjuros ni sortilegios han impedido que te quiera… siento demasiado, a saber de lo que siento, esto fue lo último que escribí:

“mi camino a lo eterno eres, eso eres solo,
sólo eres eso, eres a lo eterno mi camino”
“mi único ahora eres, nadie más hay,
mas hay nadie, único eres ahora mío”

Rendido y vencido ahora estoy, la sentencia inamovible espero ya; convertido ahora en verdugo te encuentras; enmascarado ¡deja caer el hacha!... todo cambiará… ¿dejarte caer sabes?

XIV
Un regalo extraño te doy, parece que demasiado de ti pido ¡mas bien sé, lo que a riesgo de sufrir, puede pasar! Soberbio soy ahora, entre tanto te pido disculpas por ello, no puedo menos que darte lo que soy y seré, ¿menos cosa merece al que quieres?... te entrego ya mi alma, mi corazón y mi cuerpo… y si de tal entrega nada quieres, todo yo sabré entender… ¿entiendes tu?

XV
No dudes de que grandes cosas pienso de ti, sabes bien cuanto me alegra saber de ti y de tu vida, sabes bien que te quiero en demasía y que en estas últimas semanas no ha pasado día que no te presentes en mis pensamientos… pero como bien pensarás ahora, todo eso es lindo, pero no suficiente para quedarte a mi lado, para yo quedarme a tu lado… placer grande ha sido el conocerte, el tenerte, saborearte, vivirte, soñarte, aprehenderte y aprenderte, ilusionarte y quererte… ¿placer he sido yo?


Cómo concluir me pregunto, si parece que la misma misiva es una conclusión a lo que somos y tuvimos… pues después de esto (aunque parece que los hechos se han adelantado a mi carta, no así a mis ideas) algo acabará… todo cambia cuando el corazón se abre, todo concluye y todo comienza… nosotros concluiremos, no sé cómo, ni cuándo. Esperanzas tengo, triste mujer que no me abandona.


(En ésta parte de la carta venían un discurso lindo, que concluía con una promesa, ahora ya no viene al caso)


Si acaso la promesa de nada sirve (y de nada sirve porque no fue escrita) aseguro ahora en una suerte de profecía, que ya nos encontraremos al tiempo en el tiempo, con otras cicatrices, otras historias, otros sueños y otros amores… más crecidos, mejores personas y mejores seres humanos… y quizá en dicho encuentro nos hablemos, y quizá en ese encuentro nos contaremos nuestras historias, nuestros pequeños infiernos y nuestros grandes paraísos, recordaremos un amor frugal, que alguna vez nos fundimos en un beso y quizá, quizá podamos ser amigos … talvez la amistad (y la amistad propia entre amigos y no la que existe entre amantes) para nosotros este negada…

Ya el encuentro podrá ser en un mes, un año o quizá nunca… dejemos al destino, a falta de voluntad de nuestra parte, la tarea de unirnos en un vencido encuentro ¡¡Vae Victis!!



“Veo mi inicio cercano, tengo a la esperanza a mi diestra y ella susurra décimas de amor”